
Si el Girona merecía acabar este histórico 2024 de alguna manera debía ser así. En Montilivi. Con su gente. Con su fútbol. Con una victoria, claro. El club ha crecido mucho estos últimos meses, se ha metido en Europa y ha visto cómo ahora se le exige como no se le había exigido en toda su historia. Por eso, después de caer ante el Mallorca, el equipo necesitaba irse al 2025 con las mejores sensaciones. Y se irán cuajando uno de los mejores partidos de la temporada. Todo salió a pedir de boca.