
Carlos Alcaraz pone el pie en la Centre Court y regresa exactamente como salió hace un año: victorioso, feliz, disfrutón. Le vale con ir a medio gas, aunque encuentra una sorprendente exigencia: 7-6(3), 7-5 y 6-2, en 2h 22m. Fecunda escenificación ante el estonio Mark Lajal, quien juguetea con la raqueta y colabora para que sea entretenido ; puestos a caer, piensa con ese instinto de la Generación Z, mejor pasándoselo bien.